El té verde proviene de la planta Camellia Sinensis (un arbusto de un metro y medio de altura). El extracto de la hoja es muy interesante por su alto poder antioxidante. También aporta otros nutrientes de soporte al sistema inmune. Su acción antioxidante es gracias al contenido en polifenoles, como las catequinas y los flavonoides, que están presentes en mayor cantidad que el té negro.
Los polifenoles ayudan a neutralizar los radicales libres, lo que tiene interés en la protección del organismo frente a enfermedades degenerativas con exceso oxitativo. También contiene bases xánticas estimulantes, como la cafeína. Este grupo de sustancias tiene un efecto estimulante sobre el sistema nervioso central. Las personas sensibles a la cafeína deben tenerlo en cuenta y moderar su consumo.
Este efecto estimulante también se utiliza para activar el metabolismo de las grasas. Es uno de los ingredientes más habituales de estos complementos alimenticios llamados «termogénicos«.
Recordemos que son un apoyo en dietas de control de peso, pero sigue resultando esencial el seguimiento de una dieta hipocalórica y una vida físicamente activa para que resulten efectivos. Algunos productos cosméticos también incorporan el extracto de té verde por sus propiedades antioxidantes y su acción descongestiva, de especial interés en los contornos de ojos para bolsas y ojeras. Si tienes dudas sobre el empleo de los complementos alimenticios y la cosmética con extracto de té verde, consulta con un/a profesional sanitario/a.