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La almohadilla térmica se enchufa en la red eléctrica con el mando en posición de apagado; se regula la potencia deseada mediante el mando incorporado y al poco tiempo la almohada comienza a emitir calor. El calor es proporcionado por unas termo-resistencias internas provistas de un dispositivo de seguridad que regula automáticamente la temperatura conectando y desconectando la corriente eléctrica a intervalos regulares modulados mediante el mando, por lo que ¡no tendrás que preocuparte en absoluto por quedarte dormido mientras la usas. Por otro lado, cuenta con tres niveles de temperatura.
Las almohadillas eléctricas proporcionan un calor suave, es decir, un calor un poco más elevado que el calor corporal, pero nunca superior a los 38 grados centígrados.
Además, para el uso de la almohadilla, en la zona cervical concretamente, hay que tener especial cuidado de no suministrar una temperatura elevada.
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